La vida es el tiempo de ventaja que nos da la muerte antes de vencernos.
La muerte es implacable. El día que viene a por uno, no hay nada que hacer.
Cuando te toca, te toca.
Y sin embargo vivimos en un mundo en el que nos pensamos que somos vampiros inmortales.
Si, si. Piénsalo: Nos pasamos la vida sacrificando lo que realmente haríamos cada día por lo que podríamos conseguir en un futuro mas o menos lejano. Pero da igual si tienes veinte años, que cincuenta. El patrón es el mismo.
Eso es así porque nunca hemos conseguido realmente asimilar estas dos cosas:
La muerte nos va a llegar
La vida es muy corta.
¿Que nos pasaría si realmente tuviésemos asimiladas esas dos cosas?
En primer lugar, no existiría problema grande. Todo lo que pases por el filtro de la muerte, se hace pequeño, irrelevante, y en muchos casos desaparece.
En segundo lugar, descubriríamos la vida. Tal y como es. Con toda su insoportable incertidumbre.
Por eso hoy es un día de esos de los que tengo un consejo, y no es broma.
Haz de la muerte tu amiga ineludible.
Piensa en ella de vez en cuando, hasta que aceptes que ella es parte de tu vida, aunque sea la última parte.
Tus problemas se harán más pequeños, y podrás adelante seguir por encima de ellos.
En cien años, todos muertos. No tenemos nada que perder.
También deberías hacerte amigo mío y seguirme en mi boletín que envío por email: