Esa es una opción que odiamos o que ignoramos quienes nos dedicamos a la venta online.
Realmente la mayoría de quienes vendemos en internet nos pusimos una tienda web, sea la que sea y nos encontramos con que tenía «eso» de «Añadir a favoritos».
Sin cuestionarnos nada, cosa que está muy mal en cualquier sector, le dimos a activar esa opción.
Y nada.
Ahí está.
Por si alguien quiere jugar a perder el tiempo añadiendo cosas a favoritos.
¿Qué hacemos entonces con los favoritos?
Depende de lo que quieras y de lo que sepas.
Yo los he quitado. No los tengo.
El motivo es porque ahora mismo tengo una tienda antigua que hay que renovar, y mientras tanto, ya que hace tantas cosas mal (franceses) he optado por la estrategia de todo a venta. Es un lugar transaccional. Venta o venta.
Esa opción no es ni la buena ni la mala. Es la mía. Y tanto te puede servir a ti como ser contraproducente.
Si mi sitio tiene una función meramente transaccional, debo cumplir las funciones informativas y de promoción de otro modo. Y así es.
Pero si ahora lo replanteo de principio, sí que activaría la opción de favoritos.
¿Para qué activo la opción de favoritos?
Desde luego no para que jueguen en mi web. O sí, según se mire.
En mi caso sería para aprovecharme de la sensación que tiene el visitante de que los favoritos los ve sólo él. Lo cual es falso.
El propio sistema que los gestiona los ve y los conoce. SI no, no podría gestionarlo.
Pero no sé por qué, nos pensamos que no.
El resultado es que el cliente «juega» con los favoritos añadiendo ahí lo que le gusta.
El márketing se trata de adivinar qué demonios quiere comprar el cliente antes de que lo haga e influir en esa decisión.
La pregunta que haría cualquier vendedor al universo, ese universo al que si le pides cosas le importas la misma mierda que si no se las pides, lo que le pediría es «Oh! Universo que pasa de mi! Dime qué demonios es lo que quiere el cliente».
En este caso no fue el universo, sino el programador de tu tienda web, quien te concedió ese deseo, pero como siempre sucede, la información pasa por nuestras narices y no la vemos hasta que realmente estamos listos para recibirla.
Que no sé quien coño dijo esa mierda de frase, pero pongamos que vale así.
El resultado para nosotros es que tenemos ahí, en los artículos favoritos guardados por los clientes, una carta a los reyes magos de nuestros potenciales clientes. Una respuesta a lo que quieren nuestros clientes. Dinero en bruto. Dinero.
De modo que para no mirar los datos que añaden los clientes a los artículos favoritos, es mejor no tenerlos.
Pero si tienes cómo aprovechar esos datos, por dios, o por el universo, o por la madre que te parió. Abre la puerta a que tus clientes te digan directamente qué es lo que quieren, y usa esos datos.
La consecuencia directa es que vas a ganar más dinero.
Y todo eso en un sólo email.
Y gratis. Pero gratis del bueno.
Así que si esto vale dinero, imagínate lo que te estás perdiendo por no recibir mi boletin.
Déjame aquí tu email y te lo mando.