Caso de estudio: La política y la inmunidad social

Cuando te inscribiste en este boletin seguramente leíste una frase que decía algo así como :

«Si eres funcionario o comunista, y no quieres dejar de serlo, aquí no hay nada para ti. De lo contrario eres bienvenido.»

Es la frase que más suscriptores me ha traído. Acojonante.

El caso es que ya toca hablar de política. Y espero que no suceda a menudo porque se suele liar gorda.

Imagínate por un momento que yo, deliberadamente, engaño a mis clientes.

Lo más probable es que al cabo del tiempo termine viviendo en una zona que hay en mi ciudad. No sé si la conocerás.
¿Tú sabes unos pisos que hay enfrente de la cárcel?. Pues acabaría viviendo enfrente de esos pisos.
Culpable por estafa. He engañado a mis clientes para conseguir su dinero. ¡A mamarla!
Ahora veamos…

Pedro Sanchez… (ya puedo oír las risas)

Miente a todo el mundo 24 horas antes de su elección. Flagrante. Sangrante diría yo.

Desde entonces todo lo acontecido ha sido una sucesión de delitos hacia el triste ciudadano, que ha sido echado de sus propias casas, acusado en falso, sumido en la desigualdad por ley, arruinado, a cada decisión peor que la otra.

Si en lugar del partido socialista, hubiese sido el grupo Inditex, estarían ya todos en la cárcel. Y los que no, se habrían visto obligados a cambiarse de país. La marca Inditex se habría convertido en una marca proscrita y todas sus tiendas habrían sido expropiadas, las que no hubieran sido saqueadas por el pueblo.

Pero, atención:
La gente les vota.

LES VOTA

¿Cómo es posible?. La repercusión social de los partidos socialistas y comunistas son dignos de un magnífico caso de estudio.
Los mismos que sufren los perjuicios de unos señores que lo único que hacen es maniobrar para mantenerse en el poder, los mismos que son arruinados, estafados, engañados en su totalidad, se tragarían una vaca de perfil con tal de creer cualquier excusa o explicación lanzada desde ese partido. Y los volverán a votar.

Sinceramente, no encuentro explicación alguna.

Pero sí que puedo encontrar elementos que en esa investigación a este caso de estudio, son aplicables al mercado, y son muy potentes.

Me refiero a la pertenencia de grupo.

Pero no a la pertenencia al grupo pacífico y amoroso. No. Al chungo.

Al grupo que tiene enemigo. Al grupo que son mejores que los contrarios. Al grupo que son víctimas.

El necio que vota a un partido socialista, o a cualquier partido que sistemáticamente arruina un país. Lo dicho, en España el partido socialista, no lo vota porque lo merezca o no. No es una decisión. Es una condición. «Soy socialista». Que no es lo mismo que , en tal elecciones yo voté al PSOE. Es muy diferente.

«Soy socialista (de toa la vida)» implica los tres elementos de un grupo chungo:

Soy mejor que los demás.

Soy víctima de los otros.

Y mi enemigo es mi contrario.

Ser mejor que, ser víctima de, y tener un enemigo, con tres patas de una misma mesa.
Las tres llevan a definir un grupo a un nivel bastante más jodido.
Ya no se trata de un grupo.

ES UN BANDO

Y los bandos son incondicionales. De por vida. El bando eres tú mismo.

En un bando tienes impunidad porque tus clientes, tus seguidores, tus fieles, tus votantes, lo consideran suyo. Tendrás infinitas excusas aceptadas para tus engaños, tendrás infinitas oportunidades que te regalarán tus seguidores. En un bando nunca pasa nada. Hasta te votan después de robarles.

Por eso las marcas que lo saben, se muestran beligerantes contra el competidor. Para crear bandos.

Es demasiado pretencioso pretender, desde un ámbito comercial, influir tanto en el público como para crear realmente bandos, pero algunos no se quedan muy lejos.

Coca cola – Pepsi
Mercedes – BMW
Ferrari – Lamborghini
AMD – Intel
Samsung – LG
KTM – Kawasaki (en cross)
y el gran ejemplo:
la que fue Apple – Microsoft, que ahora es Apple – Android.

Sin embargo hay dos ámbitos donde se han conseguido los bandos. Enseguida lo entenderás:
– La religión.
– El fútbol.

No entro a explicarlo porque este mail podría explotar de forma espontánea, pero estos dos son el claro ejemplo.

En la medida que tu empresa consiga un grupo con sentimiento de pertenencia, tendrás la vidas resuelta.
Y si consigues que se parezca a un bando, además la de tus hijos y nietos.

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