El éxito de Shopify

Años atrás, el ecosistema de tiendas online se componía de todos los entornos privados que cada vendedor tenía en su propio servidor.

Las opciones eran muchas:
Prestashop, que siempre tuvo en España un terreno muy favorable.
Oscommerce, el primero que llegó a los vendedores aunque no aguantó a sus competidores.
Magento. La bestia. Más bien el dinosaurio, y un gran ejemplo de cómo el mejor no siempre gana.
Joomla tenía su zencart. WordPress empezó a meterse hasta pegar fuerte con Woocommerce.

Todos instalados en un dominio de un alojamiento privado.

Nos metimos a crear tiendas web con esas aplicaciones porque eran gratis. Esa era la verdad.

¡Qué caro sale lo gratis!

Lo que tenía que pasar pasó, y las tiendas que hace años vendían lo que no estaba escrito, en muchos casos hoy ya no existen, y en muchos casos fue la necesidad de cambiar de un sistema a otro, de un servidor a otro, de una aplicación a otra, lo que se los llevó por delante.

El problema es que esas tiendas estaban en manos de quienes no teníamos la habilidad y los conocimientos suficientes para llevar un digno mantenimiento. Ni te cuento a la hora de hacer una migración.

Lo que era aún peor. Contrata a «profesionales» para que te hagan el trabajo. Dos de cada tres murieron en ese proceso. Por pura estadística. Dos de cada tres que se ofrecían como webmasters eran simples cantamañanas. Las ostias eran apoteósicas.

De pronto aparece Shopify. Aparentemente un churro.

Las anteriores aplicaciones no estaban preparadas para cumplir la ley española. Shopify tampoco.

Las anteriores aplicaciones no estaban especialmente optimizadas en su diseño. Shopify aun menos.

Las demás aplicaciones no precisaban de pagar un porcentaje de la facturación: ¡Shopify si cobra comisión por ventas!

Las demás aplicaciones son gratis pero están preparadas para que contrates añadidos bajo el nombre de módulos o plugins. Resulta que SHopify también funciona así, y además los servicios que puedes contratar, y que necesitarás contratar son digamos… de precio elevado.

¿Entonces por qué coño ha crecido tanto Shopify?

Los motivos son varios. No los subestimemos.

Yo me centro en uno muy sencillo: La tienda que funciona, sigue funcionando mientras sigas pagando.

Vale. También es porque está muy pensado para ser extremadamente fácil. Conexiones entre servicios web, dominios, CDNs, Googles y compañías, todo fácil. Eso es como tener un tobogán de entrada y tenerlo untado de aceite.

Pero mientras Shopify hace su trabajo, el resto de los mortales estábamos intentando que woocommerce pesase menos que un portaviones con todos esos plugins que hacía que en el page speed de google puntuase casi en negativo.

Mientras Shopify trabajaba en la integración para ser el amo del dropshipping, Magento moría arrastrando a sus pocos audaces comerciantes que se atrevieron con semejante nave espacial.

Mientras shopify nos ofrecía la tienda con un click y los pagos sin tener que configurar nada, lo más desgraciados de todos los vendedores en internet estábamos a punto de morir descubriendo las bondades del nuevo prestashop, que cambiaba su versión de la 1.6 a la 1.7 y que si lo instalabas no te funcionaba ni la cadena del váter.

Mientras estábamos en esas, Shopify seguía funcionando, y te decía que podías tener tu tienda con ellos «mañana».

Cuando sales del abismo de la migración, de la actualización, cuando la copia de seguridad no te funciona y los de servicio técnico ya están durmiendo mientras Google ve tu web en error 500, entonces es cuando te giras a ver ahí fuera quien queda que te pueda ofrecer una solución.

Shopify pilló toda la cresta de la ola y pudo surfear por encima de todos nosotros mientras nos hundíamos.

Te recuerdo que dejamos de liar tabaco cuando nos vendieron los cigarrillos hechos, más fácil y mejor trabajo. Eso sí, más caros.

Dejamos de enroscar la cafetera cuando nos vendieron el café en cápsulas. Más fácil y menos trabajo. Eso sí, más caro.

Eso hizo shopify: Funcionar fácil. Lo demás lo hicimos nosotros porque elegimos la tienda «gratis». Más difícil y más trabajo. Eso sí, más barato. No. Tampoco más barato. Al contrario. Mucho más caro.

Ojo. No creas que shopify te pone la tienda perfecta, ni de lejos. Más bien se parece a un terreno en el que, en cuanto entras, hacen negocio contigo. No sólo por la mensualidad, sino por las comisiones, y las aplicaciones de terceros que tienes que pagar.
Mira si tienen que ser una mierda las demás opciones para que sea Shopify la que más crezca.

¿Mi consejo?. Elijas la que elijas estarás jodido.

Yo me estoy fabricando mi propia solución. ¿Quieres verla?.

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