El Panamera del empresario chino

Te cuento otra historia de chinos.

Una de las cosas que no se pueden contar ahí fuera son algunas historias sobre chinos. Ni sobre chinos, ni negros, ni judíos, ni mujeres, ni… bueno, ya sabes en qué caricatura de mundo vivimos… un mundo muy jodido para quienes nos gusta cagarnos en la puta madre del comunista de turno y para quienes gozamos de la perversión del humor negro.

Bueno, reconduzco que me voy.

Se trata de una conversación con el chino que es mi proveedor desde hace ya bastantes años.

Con él tengo bastante confianza. Por eso mis visitas parecen más una visita de un familiar que de un cliente.

Cerrando la empresa dimos un paseo viendo la fábrica, y ahí me explicó que en China había sido muy fácil hacerse rico.

Me contaba cómo muchos de sus compañeros de colegio. De un bueno colegio, eso sí. Muchos de ellos habían montado empresas y habían ganado dinero.

En este caso criticaba la forma de ser del nuevo rico chino. Muy fanfarrones, muy ostentosos.

Los chinos se compran una buena casa cuando ganan mucho dinero. Mucho dinero, porque las casas chinas están sobrevaloradas.

Pero, ¿sabes qué se compran antes que la casa?

Ya te lo imaginas.

El cochazo. El Panamera era el coche del momento para los nuevos ricos chinos.

El coche puedes moverlo por los morros y las narices de tu familia, tus vecinos, tus amigos, y sobre todo de tus enemigos, y eso es muy importante. No pasa nada si no lo ve tu vecino, o tu amigo, o tu hermano o tu padre… ¡Pero que el vecino lo vea!.

Me contaba cómo sus amigos, prácticamente todos los que habían ganado dinero montando una fábrica, habían comprado el Panamera en cuanto pudieron.

¿Recuerdas aquello de que quien satisface su ego pierde su dinero?. Pues he aquí. Ya tienen su Panamera…

Mientras tanto, mi compi chino se había comprado un mercedes clase E de segunda mano, que siendo un cochazo con el que poder ir a visitar desde proveedores hasta políticos, había sido comprado con la cabeza y no con los huevos.

Mientras me terminaba de contar el tema de los Panameras y de sus amigos enriquecidos me confesó que eso fue cuando era más fácil ganar dinero, que luego vino la crisis, .. «Y sabes cómo están todos ellos ahora?: Arruinados y sin Panamera».

Entonces va el tío y me suelta: «Acompáñame, que te enseñaré mi Panamera». (La madre que lo parió. Será cabrón?..!!!)

«Este es mi Panamera.» – dijo el chino.

Estábamos ante una caja cuadrada. Grande. Muy grande. Más corta que un Panamera, pero más ancha y alta.

Bien podía haberse comprado el Panamera. Él ya había ganado más dinero del que necesitaba, y en la empresa se movía con un coche de segunda mano. Pero no.

Dentro, una máquina de mecanizado robotizada. Una máquina que fabrica piezas metálicas sin descanso, las 24 horas del día. Para él, una máquina de hacer dinero.

En lugar del Panamera tenía ahí un activo para su empresa. Reinversión: Dinero usado para hacer más dinero.

Te recuerdo que quien satisface a su ego, se queda sin su dinero. Gasto: Porque yo lo valgo.

Pero me queda una duda, y te pregunto a ver qué piensas tú, salvando que obviamente este chino hizo lo correcto.

¿El chino invirtió en contra de su ego a doble lágrima para invertir en una máquina para la fábrica?

¿O el chino había convertido el beneficio económico en el alimento de su ego?

Ops!

Yo ya tengo la respuesta en la propia pregunta. ¿Tú no?

Sea como sea, si haces como el chino estarás haciendo lo correcto para progresar, tengas fábrica o comercio.

Si te dedicas a alimentar tu ego… ya sabes lo que pierdes…

Yo tengo un «panamera» para ti, uno que te fabrica ventas cuando tú no estás. Si quieres, ya sabes.

Mientras te lo piensas, déjame tu email más abajo y así no te pierdes el próximo email.

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