Le contaba a Javi, un vecino, sobre el tema de montar tiendas online.
También le contaba, y aprovecho para contarte, cómo estaba trabajando con tiendas sobre wordpress y woocommerce, que si no lo sabes son dos aplicaciones que juntas sirven de base para crear una tienda en internet.
Si no sabes por dónde meterle mano, te puedes tirar todo un año montando una tienda. Me refiero a que seas el tonto perfeccionista que soy yo.
Si no necesitas mucha perfección, y te adaptas a lo que te da la aplicación, pues desde luego que vas a terminar mucho antes, pero aun así ya te digo yo que solamente en descubrir qué hay que instalar y cómo configurarlo, no es que te vayas a tirar mucho tiempo. Que también.
Es que llegará un momento en que algo no funcione y no sepas por qué.
Y eso jode…👉🏻😕
Sobre todo cuando llevas cuatro meses dedicado a terminar tu genial tienda que te va a hacer rico.
pero podría ser peor.
Podría ser la tienda número tres que intentar montar, porque cuando una tienda te falla y no sabes ni por qué ni por donde decides borrarla y hacerla de nuevo. Y ya lleves tres, o cinco … Eso pasa.
Por estos motivos y situaciones, de las que yo he pasado por todas ellas y algunas más, me puse cabezón con el wordpress y mi perfeccionismo.
Porque más allá de agradecer al universo (y a SPM) la existencia de aplicaciones gratuitas como esta que me ofrecen algo que yo sólo no podría construir, me empeño en hacerla como yo quiero hacerla. Y eso es meterse en jaleos. Cabezón desde que nací. Ea.
Primero, esto lleva mucha prueba y error, descubrir herramientas, buscarles la utilidad, recopilar trucos, códigos, mejoras, para completar la señora tienda.
Después, simplemente se trata de repetir el proceso una y otra vez, permitiéndome algunas variaciones.
Tengo un servidor entero, varios hostings extra, y más de cien dominios. Hay chicha para cocinar… una tras otra, una tras otra…
Finalmente, tras tanta repetición, no tienes que pararte a mirar, a ver si todo funciona, a preguntarte por qué esto es así y eso es asá, sino que ya te lo sabes.
Es entonces cuando te puedo ofrecer una tienda online completa en un sólo día.
Y es entonces cuando construyo la tienda, esta vez una de ellas pensando en que sea la mía, y me vuelvo a tirar una semana.
Pero donde antes me tiraba una semana buscando, montando, picando palabras incomprensibles para la mayoría de los humanos, esta vez me paso horas y horas…
pensando.
Ahí estamos.
En el lugar correcto. ¡Ole!
PENSANDO.
Lo que yo te diga. Ahí es donde se cocina el arte.
La tienda montada en un momento, pero la elección de una tonalidad en un color, lo detiene todo. Ya no es un tema técnico, es arte. Arte de vender.
Horas para abrir la web en el móvil, y buscar el tercer nivel de sensación que me provoca esta foto en lugar de aquella.
Más horas para definir detalles. El punto de encuadre de esa imagen. El filtro sobre ella, y la combinación con el conjunto, buscando sensaciones. Si no me pone, no está terminada…
Otro tanto de tiempo se llevó una simple frase de 4 palabras. El eslogan de la portada.
Cuando montas una tienda vas «picando piedra», una cosa detrás de otra. Y luego viene otra. Te haces una lista y pim pam, la tienes.
Pero no puedes saltarte las horas de pensar. No puedes saltarte lo que el horno tarda en cocinas. No puedes saltarte las horas de pulido de una espada. No puedes estirar de la pieza pegada antes de que el pegamento fragüe. No puedes, si no quieres hundirte entre lo común.
«Calidad al mejor precio«… estás muerto.
«Somos líderes en …«… me la suda, estás muerto.
«Llevamos 15 años…» … a mi qué me importa!. Estás muerto.
«El mejor servicio al cliente…» buuuuu! petardoooooo. Estás muerto.
¡ESTAS MUERTO SI ERES UNO MÁS!. Solo que aún no lo sabes.
…
Si no te conoce nadie, comete locuras. Nadie te ve, hazles girar el cuello. Ponles los pelos de punta… ¡algo!
Si ya tienes público, posiciónate. Recházalos. Hazte fuerte. Desprécialos y luego enamórales. Estás ligando. ¡si no conmueves no ligas!.
Si ya estás consolidado, enseña tu polla. Demuestra por qué estás ahí. Fabrica legiones de enemigos que te odien profundamente y tendrás otras tantas legiones que te amen. Levanta pasiones, sean las que sean. Chasca los dedos y destruye medio mundo.
…
… Sí. Esto me pone. Me pone mucho. 🤪👍🏻
…
Tienes que conseguir tocar el nervio del cliente, y el único dummie que tienes de prueba delante de la pantalla con que intenta buscar la forma de tocar la fibra sensible, eres tú mismo.
Ya no vale poner lo que sea, y el que quiera que compre. Ahora todo tiene un sentido. Todo afecta. Terminar una frase de tres puntos, con dos, o con cuatro, afecta. Poco, pero afecta.
O quizás no tan poco.
Te cuento una cosa.
¿Sabes por qué no contraté un servicio clínico para una operación de ojos?. Porque el doctor que me atendió se tocó la oreja cuando le hice una pregunta.
«¡No me jodas!.»
Po zi.
Esto no es darle de comer a las vacas. Esto es seducción. Y la seducción es la búsqueda continua del detalle en falso por el que pretendemos seducir.
Si te pregunto como cliente, y te tocas la oreja como vendedor, ni si quiera me verás pestañear. Todo seguirá como se supone. Seguiré sonriendo en la medida de lo poco que yo sonrío. Pero cuando me vaya, tú no tendrás ni puta idea de mi decisión, con lo que aun menos tendrás ni una remota idea de por qué no volví.
¿Qué crees que pasará cuando tu producto tiene una imagen de mierda en la web?
¿Qué crees que pasará cuando no me digas de una forma fácil y clara quien coño eres?. Si señor. Todos queremos saber a quien coño le estamos comprando. Quien eres, dónde estás, para que me digas al final por qué debo fiarme de ti.
¿Qué crees que pasará cuando vayas a realizar el pago, y la página de pago no sea como una pluma acariciándote la mejilla?. Que se te irán cayendo los clientes por las ventanas, y ni si quiera lo sabrás.
De modo que cuando preparas una máquina de vender en internet, puedes hacerlo de mil formas distintas, con mil niveles de perfección distintos.
¿Quieres una tienda online?. Te la monto en un día, y son mil pavos. Mil, y tú te encargas de las fotos y los textos.
¿Quieres que te la haga a mi manera?. Entonces necesito un mes, y son diezmil con todo, las horas, y el arte.
Y se me hace barato…