Puede que seas muy bueno en lo que haces, pero si lo haces tú sólo probablemente no avances y muchas veces no sepas por qué.
Pues de muchas de esas veces, el motivo son los contactos, o mejor dicho, la falta de contactos.
Puedes tener miles de contactos, pero no valen los de feisbuk, los de linkedin que van a su bola, los que no sabes ni quienes son, pero tampoco valen los que no te aportan nada.
Necesitas crear contactos relacionados con el entorno en el que quieres avanzar, pero sobre todo, necesitas salir ahí fuera.
Te diré dos cosas.
O igual más, pero aun no se me han ocurrido.
La primera es que estamos retirándonos del mundo convencional, a cambio de poner recursos en el mundo digital para que la máquina nos lo haga todo.
Y yo estoy muy de acuerdo con eso, como te puedes imaginar.
Pero es que eso está provocando que ya no tengamos que andar viendo caras que no queremos ver, porque parece que con internet y una campaña en flusflis-ads funciona solo.
El no tener ni puñetera gana de ver según qué caras, a pasado a no ver ninguna cara en muchos casos.
Porque, la verdad es la que es, y es que tardas menos en llamar desde tu oficina que en ir a visitar, así que imagínate si no tienes ni que llamar. ¡Miel sobre hojuelas!. Pues no.
¿Pues no?. ¡Pues de puta madre!. Si la gente está dejando de llamar, imagínate si estarán dejando de visitar. Pero mucho muchísimo.
Ya no tenemos visitas, ya tenemos «zums». Pero si «zums» siquiera. No sé tú, pero cuando alguien me contacta para llevarme a un zum, pienso, tal cual, que me va a comer los huevos. Que ni zum ni zam, ¡porque ya no quiero ni verle la cara a nadie!
Ostia put5as lo que acabo de decir… ha sido mi subconsciente…
A ver cómo arreglo yo ahora esto.
No tiene arreglo. No quiero verle la cara a nadie.
¿Y a mis buenos contactos?
Ah, si. Ostia claro. A esos sí. Da igual la hora que me llamen que siempre estoy listo para un buen plan.
Pues como yo, cada vez más gente.
Es algo así que los que ya están conmigo, lo que haga falta. Pero el resto de la gente, … lejos.
Eso nos lo ha traído la pandemia. Si, algo ya llevábamos dentro, pero la pandemia nos mostró tal y como somos. Sacó los genes, de nuevo. Aquellos que nos dicen que lo damos todo por nuestra tribu, por nuestra familia, pero el extraño es, por defecto, un indeseable.
Y aquí, señoras y señores, es donde está la oportunidad.
Entre el hueco que hay entre nuestros contactos, y esos indeseables que no queremos ver, es donde nosotros podemos cultivar para ampliar nuestra red de contactos.
Ampliar la red de contactos es obligatorio, siempre, pero hoy en día, además, tenemos ese enrocamiento en quedarnos en nuestro bastión, y si quieres algo me mandas un email, que quien se cierra la cortaba y sale a la calle, o incluso descuelga el teléfono, está sembrando mejor que en un fondo indexado.
Esos contactos son la fuente de oportunidades y de ocasiones principal.
Sin alguno de esos contactos, y más como está el sector de la automoción, yo ahora mismo no tendría un fantástico coche familiar de gama alta de muy buena marca, un modelo con fama de duro y fiable con el que olvidarte de la capacidad de carga, de la altura de las aceras, de los badenes y resaltos, de las rozaduras laterales, y hasta de cambiar de marcha porque es automático. Y todo a un precio de compra que me estoy pensando si lo vendo, o si me vendo mi astra.
Gracias a mis contactos, en el próximo email te puedo contar detalles del coche y de ver cómo estoy planteando la venta.
Que igual no te interesa.
O igual sí, no sé.
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