Me la suda todo.
lo dije, y lo repetí, y me quedé tan ancho.
Es la drástica conclusión a la que llegué cuando le expliqué a Guillermo en una charla junto con Alvaro Sánchez de genteinvencible.com al que casi secuestramos temporalmente para poder charlas con él y a la vez evitar quedarnos afónicos entre tanto griterío.
Hablando de todo un poco, hablamos de la cara de sueño de Luis Monge esa tarde, que había llevado debido a la vida con niños pequeños en casa, eso nos llevó a hablar sobre la falta de tiempo, y eso nos llevó a hablar sobre el puto estrés. No sé cómo llegamos a aquello que me prometí un día, pero llegamos y lo conté.
«El estrés te mata, y no te das cuenta hasta que ya es tarde» – dije yo. Y así es.
Tuve entonces la oportunidad de comentar que hace ya muchos años tomé una decisión en firme.
Me prometí a mi mismo que en mi vida no iba a tener las siguientes cosas:
1.- No iba a tener jefe.
2.- No iba a tener un lugar fijo donde estar obligado a ir a trabajar.
3.- No iba a tener horario
4.- No iba a tener despetador
5.- No iba a tener estrés.
Resumido en una palabra: Libertad.
¿Mola, eh?
Sé lo que te estás preguntando.
Y la respuesta es «SI». Claro que lo conseguí.
Ante una declaración de principios tan rotunda, Guillermo, que valora el estrés cuando hay que salir enchufado, me dijo que eso no era posible. Que a veces no vendes, que a veces por otra cosa…
Fue entonces cuando le dije: «Me la suda todo». En realidad lo dije aun con peores palabras.
Obviamente, en alguna ocasión he tenido que ir a uno u otro sitio por trabajo.
En alguna ocasión uso el despertador, y con niños imagínate…
Pero realmente, me deshice del estrés casi totalmente, pero el cabrón a veces vuelve, aunque acabo enviándolo a paseo de nuevo.
El caso es que esa misma tarde en la charla a la que asistí hablaron y hablé de lo importante que es que te importe un pito si te compran o no, y simplemente seguir adelante, porque así simplemente vendes más. Teoría y práctica de Luis Monge, que comparto totalmente.
Y justamente cuando estaba repitiendo que «me la suda todo», apareció él… este si que es un cabrón…
¿Tú sabes el diablito rojo cabronazo que aparece a veces en el hombro derecho y te dice cosas jodidas al oído?.
Si, si. ¡Ése diablo cabrón!. Ese fue el que me dijo con risa de cabroncete: «Que te suda qué…?… jejeje… «. Es un cabronazo. Siempre jodiendo.
Entonces pensé mientras hablábamos.
«Si, queda muy bonito, no tener estrés es uno de mis pilares, pero NO me la suda todo».
Eso si, no dejo de intentarlo. Hago lo posible por que todo me de absolutamente igual.
Mira. Esta misma lista tiene como objetivo la consecución de 10.000 contactos en dos años.
No creo que lo consiga. Y te lo digo tal cual, porque me da igual.
PERO
Eso puedes decirlo, cuando sabes que aunque no creas que llegues, no vas a dejar de seguir adelante.
Lo que no vas a hacer es a pelear cada email, ir a mirar cada día los suscritos, a fustigarte por las bajas. No. ¿Para qué?. Eso no sirve para nada. Que te la sude todo.
Hay un requisito para que te la sude todo. No abandones nunca, y tendrás éxito. O igual no, pero tampoco importa demasiado.
Cual será la diferencia entre yo mismo y otro que sí se ha preocupado? El estrés que él se ha comido y tú no.
Al final es mejor que te la sude todo.
¿O no?
Lo que no te la tiene que sudar es perderte mis emails. Me dejas a continuación tu mejor email y te llegarán casi cada día.