Estoy hasta los huevos de todo lo que empieza por «neuro», y me refiero a las «neuroventas», y por extensión al palabro ese de «neurociencia».
¿Qué pollas es eso de neurociencia?
Yo te lo diré: Es una forma de vender cursos de ventas a pobres desgraciados que se piensan que van a descubrir no sé qué elemento mágico que va a producirles ventas porque tendrán la capacidad como de hipnotizar a su cliente.
Para flipar.
Piensa por un momento lo siguiente:
¿Acaso tú no usas tus neuronas para absolutamente todo lo que haces?.
¡Pues claro que si!. Hay quien parece que no, pero de verdad que ese también las usa.
Ahora entra uno en la sala y dice (imagínate que pongo una vocecita de imbécil):
«Ay, pero es que no se refiere al vendedor, se refiere al comprador» (fin de la vocecita de imbécil).
A ver. Campeón.
¿Acaso el cliente no usa sus neuronas?. Si.
¿Entonces por qué se llama neuroventas a las ventas aparte de para vender humo?.
Para nada.
Es igual que si inventamos la… «neuroescritura», o la «neuroconducción», el «neurociclismo», la «neucococina», o el «neuroimbecilismo».
Todo lo que empiece por neuro es redundante en la actividad humana, excepto la ciencia que estudia, expresamente, el funcionamiento de las células nerviosas, que se llama neurología. Lo demás es humo.
De modo que, por favor, volvamos al mundo real:
No existen ventas que por llamarse «neuro» vendan más, no existe una doctrina en ventas que realmente atienda al funcionamiento neuronal para aplicarlo a las ventas. No. Eso es sólo humo. Humo de ese que se vende tan caro últimamente.
Tú ya sabes qué es lo que funciona a la hora de provocar que nos compren, porque ya lo leíste en un email anterior.
Lo que marca la diferencia en ventas es quien se gana mejor la confianza de los clientes.
Gánate su confianza, y deja a los demás que gasten tiempo y dinero comprando cursos de neuropollas.
Hay una cosa más.
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