No aprendes por no enfrentar tus miedos.

¿Cómo ser aprende?

Se nos ha olvidado aprender, porque nadie nos enseñó como hacerlo.

Estamos en un sector de tíos muy listos y muy resabidos que le damos mil vueltas a la media del país.

Perdón por lo de resabidos, aunque muchas veces es así, pero sí, le damos mil vueltas a la media.

Los hay que no llegan a estar al nivel en el sistema educativo.

Los hay que si están al nivel

Y de estos hay muchos a los que el sistema educativo se les ha quedado muy corto, y lo saben.

Otros no lo saben, pero sí, se les ha quedado muy corto. Nadie nos enseñó a pensar. Nadie nos enseñó a hablar en público. Nadie nos enseñó a vender, Nadie nos enseñó a aprender. Cómo aprender. Cualquiera de esas materias hoy en día supondría una ventaja clave para el niño.

Realmente es mucho más triste que eso.

El sistema educativo se dedica a desperdiciar tú mayor activo, que es tu tiempo, en enseñarte basura.

Basura es lo que podrías tirar y estarías igual que antes o mejor.

Se me ocurre pensar en los logaritmos neperianos. Vamos, que no hay día que no los use. Es un no parar.

El caso es que aprendí logaritmos neperianos.

De idiomas mejor no hablo que viene Antena 3 a la puerta de mi casa.

Y bueno… ¡para qué contarte sobre el aprendizaje del latín!. ¡Dónde iba a ir yo hoy en día sin mis conocimientos de latín!.

Todo ese tiempo dedicado a la basura, podrían haberlo dedicado a otras cosas, pero cuando un gobierno toca algo, lo jode, y el sistema educativo depende del gobierno (de turno), luego está jodidísimo.

Por eso ahora quienes le damos mil vueltas a la media, seguimos aprendiendo. De hecho, somos los que sabemos que nunca vamos a dejar de aprender.

Pero (que hijoputa el pero)

Pero no es lo mismo aprender que estudiar.

Nos encanta aprender. Odiamos estudiar.

Odiamos estudiar porque nos enseñaron a odiarlo. Ahora es cuando nadie nos obliga y podemos redescubrir el placer por el estudio.

La pregunta es. ¿Cómo se estudia?.

¿Cómo se estudia para hacer de esa tarea algo eficiente, es decir, en la cual consigo aprender lo que quiero aprender y de la forma más rápida y menos costosa de energía posible?

A una edad en la que ya se nos ha olvidado estudiar, damos por bueno que la forma es leer muchos libros.

«Si cada día lees un libro de lo que quieres aprender, estarás por encima del 99% de la gente». Decía el Mago More.

El Mago More, que es más crack de lo que aparenta, es un ejemplo de estudio y aprendizaje permanente.

Ese mismo que te dice que se trata de leer mucho, luego si le tiras de la lengua (que no es muy difícil) te explica que él no sólo lee los libros, sino que además se los estudia.

Atento porque esta sí es la forma correcta de aprender:

Se lee un libro.

Cuando lo termina se lo vuelve a releer. En la segunda lectura va tomando notas. En un color si son del libro propiamente dicho, en otro color si son conclusiones propias. Y se lo vuelve a leer una tercera vez en función de la cantidad de información que haya ido escribiendo.

Incluso luego vuelve a repasarlo releyendo sus propias anotaciones.

Sin embargo en el mundo de los mortales vivimos con la sensación de que coleccionando libros finalizados con una técnica de lectura rápida va a garantizarnos ser los más listos que un catedrático. Cuando es absolutamente falso. Más bien lo contrario: Tiempo desperdiciado en la medida en que no te acuerdas de nada de lo que te has leído.

Pretendemos aprender leyendo un libro de texto como quien lee una novela. Por el placer de leer.

Recordar más o menos de qué habla no vale, es un suspenso muy bajo. Y eso es lo que recordamos de la mayoría de libros que hemos leído.

Nadie nos enseño a aprender. Nos dijeron qué resultado querían de nosotros, ya sea memorización, un trabajo, un examen. Pero no nos dijeron qué y cómo hacer parta conseguirlo de forma eficiente.

Quizás por eso los que sacaban buenas notas, siempre sacaban buenas notas independientemente de la materia. Y los que no encontraron el método de aprendizaje, pasaron todas las asignaturas con unas calificaciones inferiores.

El aprendizaje requiere de energía. Es energía plasmada en conexiones neuronales.

Si lees, aplicas energía y tiene su efecto. Si repites la lectura, estás aplicando casi el doble.

Si tomas notas mientras lees, te obligas no sólo a entenderlo perfectamente sino a aplicar la energía que requiere la escritura. La energía ya anda disparada.

Y si luego tienes los cojones suficientes, te grabas y te expones en un vídeo para YouTube explicando todo el contenido del libro que acabas de leer. Ahí empiezas a ser el puto amo del tema. Ahí si. Que luego el vídeo lo subas o no, es irrelevante.

En el aprendizaje buscamos un impacto mental similar al que causa una emoción fuerte.

Durante un estado emocional intenso, lo que aprendemos se graba a fuego en un momento. Para siempre. Las emociones son como agujeros de gusano hacia el aprendizaje. Todo lo que experimentamos bajo un estado emocional intenso se queda grabado para siempre en un instante.

Durante el proceso de estudio y aprendizaje lo que pretendemos es, a base de un método de acumulación de energía no emocional, sino consciente, asemejar el efecto de grabación de información en nuestra mente a semejanza de como lo haría una fuerte emoción. En la medida que nos aproximemos a ese resultado, la información será asimilada.

Leer no es emocionante (bueno, entiéndeme). Sólo aplica algo de energía. Leer dos veces tampoco. Tomar notas tampoco. Sin embargo sí que podemos exponernos a situaciones que nos provocan miedo con esa información en la mano.

¿Qué tal hablar del libro al grabar el vídeo?. ¿Qué tal hacerlo frente a una audiencia?. ¿Qué tal hacerlo en un directo por streaming?. Si lo haces, multiplicas tu aprendizaje sobre el tema que eliges muy por encima de la media. MUY por encima.

Metemos un elemento clave en juego.

El miedo.

El miedo no sirve para estudiar, pero las emociones que provoca al enfrentarte a él si que son un pegamento perfecto para la información que quieres guardar. ¡Activas así el agujero de gusano!.

Esto no te lo enseñan en el colegio.

Esto te lo digo yo.

Ya sabes cómo se hace. Ya no es por falta de conocimiento o método.

Ahora se trata de enfrentar tus miedos.

No hay huevos.

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