No atiendo por wasap

Cuando veo una oportunidad, pongo una sonrisa.

Llego a tener la sensación de lamentar no poder cubrir todas las oportunidades que veo. Pero claro, no todos los sectores son los de uno mismo. Una cosa es detectar una oportunidad y otra acometerla. ¿He dicho detectar?. Quiero decir que te estampen la oportunidad en la cara.

Es algo así como decir: Soy tonto, y te lo cuento para que te aproveches de mi.

Desconozco el mundo de la maquinaria industrial, pero en un determinado caso tuve que alquilar una máquina.

Contacté por teléfono, y enseguida nos remitimos al whatsapp, bendito invento, para enviar ubicación y fotos. Información al fin y al cabo.

Al cabo de unos días, debo ejecutar el alquiler de la maquinaria, y recibo la siguiente frase:

«Yo es que por wasap no atiendo»

NO ATIENDO

Con dos cojones.

A ver, esto tiene bastante de surrealista, en tanto y cuanto ya me estaba atendiendo por WhatsApp.

Pero claro, alguien que atiende al público y que le pagan por ello, te está diciendo que el dinero de los del WhatsApp no le importa.

Si fuera la única vez que me encuentro cosas de esta, vale, pero el problema es que esto es algo relativamente habitual.

Esas son las actitudes cuya repercusión se difiere en el tiempo, y cuando ya no alquilar un churro a nadie te preguntas por qué los clientes son tan cabrones que se van a la competencia. Quizás hasta te gastes un dineral en consultoría para reconstruir lo que te han reventado desde dentro.

Sin embargo, cuando nos toca el papel de competidor, damos por hecho que la competencia son unos rivales muy buenos, cuando realmente no suele ser así. Más bien se trata de que nosotros tenemos muchos de esos defectos que ellos también tienen, y sin embargo nos pensamos que somos muy buenos, y que ellos también.

Pues que sepas que estas cosas pasan en tu competencia. Aprovéchalo, porque yo no soy de esos sectores, pero igual tú si.

¿Quieres aprender estas cosas que te cuento?. Pues tienes dos cosas por hacer.

La primera es hacerte pasar por cliente y contratar los servicios o productos de tus competidores. Ver cómo la cagan. Y atacar ahí donde más débiles son.

Y lo segundo es apuntarte a mi newsletter, y así aprendes lo mismo o más, y sin tener que ver la cara a tus competidores.

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