Una operación de venta promedio incluye la visita al cliente y el seguimiento.
En ocasiones mucho contacto, mucho seguimiento, mucho desgaste, y en muchas ocasiones para nada.
Lo cierto es que peor es hacerlo por un motivo muy sencillo: Si no haces el trabajo, no consigues el resultado.
Como te comenté en otro email, son muchos los que no consiguen la venta porque no mantienen el seguimiento.
Y lo sé, porque yo he sido uno de esos clientes, que al cabo del tiempo pensé en alguna ocasión : «Ostia! Aquel no volvió a llamar!»
Y aquel lo que estaba es harto, desanimado: Estaba quemado.
Estar quemado lo defino como estar laboralmente muerto.
Y no puedo evitar hacerle esta pregunta a todos los quemados:
¿Si una máquina hubiera ido haciendo ese trabajo por ti te habrías quemado igualmente?.
No es una respuesta complicada, ¿verdad?. Pues claro que no estarías quemado. En todo caso estarías feliz, con más tiempo libre, o con más dinero en el bolsillo, o con las dos cosas. Y podría entender (a duras penas) aquello de que el dinero no da la felicidad, pero oye, cuando juntas dinero y tiempo, me temo que es lo más parecido a la felicidad que se me ocurre.
Pues te voy a decir una cosa. Eso EXISTE.
Se llama comercio electrónico. Así de simple.
Ya sabes dónde estoy. No, por nada.
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