Para que sea uno de los nuestros

Este es un tema delicado.

Se dice que la educación es una de las tareas más dignas y elevadas.

La educación es clave para el desarrollo del individuo.

Y en ella, desgraciadamente, el sistema educativo ejerce una influencia notable.

Permítanme ser diplomático y comedido en mis palabras:

El sistema educativo es una reputísima mierda formada por gentuza en forma de miles de incompetentes activistas políticos quemados con egos muy necesitados abusando de su autoridad para influir sobre menores que aun no tienen armas para denunciarlos.

Lo más valioso que tenemos es el tiempo.

No es lo único pero sí lo más valioso.

El tiempo que tenemos es nuestro tesoro, del cual tenemos que usar cada minuto, cada segundo, como si de una gota que hubiésemos destilado tres veces se tratase.

En el tiempo disponible está lo que eres y lo que serás, lo que aprenderás, lo que vivirás, tus metas, tu destino.

Esa gentuza de ego primitivo, esos verdugos del talento infantil, se dedican a mancillar tu dignidad gastando tu tiempo en denigrantes, humillantes e indignas tareas, absurdas e inútiles. (y tengo adjetivos para tres días)

El sistema educativo destruye el tiempo más valioso de los niños.

Veo niños alegres y bondadosas entrar en el colegio para convertirse en introvertidos y miedosos.

Veo niños inteligentes entrar en el colegio para convertirse en objeto de burla.

Veo niños realmente malos, malos sin paliativos, entrar en el colegio para convertirse en los líderes del grupo con el beneplácito (o la indiferencia) del profesorado.

Veo un atentado permanente contra la infancia.

Y no hablo de política, que ya tengo la alta a 16 y me van a petar loas venillas de los ojos.

Si enjuiciamos la influencia de la política en el sistema educativo, se salvarían de la cárcel los profesores de matemáticas, y pocos más.

Así que dejémoslo en que el sistema educativo es el infierno por el que los niños tienen que pasar.

Y ahora pensemos como padres.

¿¡Qué coño hago!?

No lo dejes sólo. Por favor, no.

Explícale lo que sucede y por qué sucede. Y si tienes que hablar de injusticia, habla de injusticia.

Mejor explicarle que cuando tiene que tragar con un profesor injusto, eso no está bien, eso no es justo, simplemente debe entender lo que sucede, y que lo que está haciendo aun sin ser justo, lo está haciendo por algo.

Que no piense que eso es lo normal, sino que lo haga sabiendo que eso no debe ser así.

Frente al rodillo del adiestramiento diario, la explicación, el criterio, la percepción de una realidad alejada de los vicios de la sumisión, la contemplación del entorno sin tomar partido, el desapego, la nobleza, la bondad propia hacia quien se la merece, la justicia aunque no se de en la realidad.

¿Y todo eso para qué?. ¿Para qué luchar contra todo un sistema que de uno u otro modo lo va a perjudicar de por vida?.

Para que sea uno de los nuestros.

Para que no comulgue con leyes injustas.

Para que reconozca y denuncie el abuso de autoridad.

Para que sea uno de los nuestros.

Para que sepa descubrir la vida por si mismo con suficiente criterio.

Para que decida convertirse en quien realmente quiera ser.

Para que sea uno de los nuestros.

Para que decida influir en su propia vida y en la de los demás.

Para que ejerza su derecho a ganarse la mejor vida que decida ganarse.

Para que se atreva a cambiar el mundo.

Para que sea uno de los nuestros.

Para que sea uno de los nuestros.

Para que sea feliz.

PD:
Hoy me apetecía escribir esto, así que aquí lo tienes tal y como lo escribí.
No tiene que ver con ventas, no tiene que ver con marketing, pero las ventas, el márketing, y todo lo demás, no son más que formas de ganarnos la vida para ser felices en el rato que pasamos en este mundo.
Por eso la importancia de hacer que cada uno de nuestros hijos también sean uno de los nuestros.

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