Empecemos con una pausa.
Acabo de usar el miedo para hacerte entrar y leer.
Estás leyendo esto porque te da miedo el fracaso y quieres evitarlo.
¿Hubieras entrado si te escribo «proyecto en mente»?. No.
Vale, igual tu sí, pero la mitad de los demás no.
El miedo. Lo que yo te diga.
Entonces qué?, te he tomado el pelo?. No. Aunque es algo que hago a menudo, en este caso no.
Retomo.
Tú tienes un proyecto en mente pendiente de llevar a cabo y convertirlo en realidad.
¿Cómo sé yo eso?. Te crees que eres único en lo que piensas, y la realidad es que hay muchos elementos comunes en nuestras cabezas.
Entre alguien que tiene la mínima inquietud por leer este mensaje, por ejemplo, se da el elemento de tener siempre un proyecto en mente para llevar a cabo en un futuro más o menos próximo.
Y tú tienes el tuyo.
Del mismo modo que la estadística dice que tienes un proyecto en mente, dice más cosas.
La estadística dice que nunca tendrá éxito, nunca saldrá adelante.
La estadística dice que no saldrá adelante por no haberlo intentado.
La estadística dice que crearás mil excusas para no lanzarlo hoy, sino mañana, o ya veremos.
La estadística no sabe que las excusas son producto del miedo.
Dar el salto a la piscina da miedo. A ti, a mi y a todo el mundo.
Aunque ya hayas saltado antes.
Si saltas a la piscina, ya habrás superado la primera causa de fracaso: No llevarlo a cabo.
Tú decides dónde quieres que acabe tu proyecto.
Realizado, o enterrado.
El cementerio está lleno de grandes proyectos.
Por miedo.
Bu!