Ruido

¿Qué sensación tienes cuando compruebas las nuevas herramientas tecnológicas que salen al mercado?

¿No te sobrepasa a cada visita de una feria comprobar cómo no damos a basto para asimilar toda la oferta?

¿No te sientes arrollado entre infinidad de ofertas, todas ellas válidas, cuando te das un paseo por linkedin? (que en español se pronuncia «linkedin»)

Si no es así, una de dos. O dominas el mundo de la innovación, maldito friki; o eres funcionario, maldito funcionario.

Para el resto de los mortales, así es. Tenemos una maldita oferta entre un número que tiende a infinito. (ahora entiendo el término «tienda a infinito»)

Pues señores: Tenemos un problema.

No nos ve ni dios.

Y no es problema menor, porque da igual si los competidores son simples gotas de agua. El problema es que todas juntas ya son un mar que no para de moverse, y eso te puede arrastrar.

Entre tanto exceso de ofertas… que te voy a decir la verdad, siempre ha existido, escuché al vuelo una de esas frases gloriosas.

No me acuerdo qué más cosas oí en esa charla, pero esa frase se me quedó a fuego.

En este mercado no se lo lleva el mejor.
Se lo lleva el que más ruido haga.

¿A que mola?

Pues no te mole tanto, que a mi también me mola, pero lleva un truco en la receta.

El truco es que tú tienes ahí una mente vigilante, que cuando le gusta algo especialmente te estira de la pituitaria, y te dice, «eh! tú! pringao. Eso!. Eso que estás viendo!. Lo quiero!. Lo quiero!».

Cuando eso ocurre es porque tu mente ha encontrado «duros a tres pesetas» (hablamos de esto en un futuro email), ha encontrado una forma de conseguir un objetivo con un gasto menor de energía, y elige ese camino.

Aquí está muy claro: Si el que se lleva el mercado es el mejor de entre un millón, las llevas canutas. La ansiedad, el miedo, la impaciencia, la subestima y todos sus allegados celebran en tu mente la fiesta de la derrota antes de empezar.

Pero cuando el atajo parece más fácil y más factible. ¡Ostia!. ¿Sólo hay que hacer más ruido?. ¿No hace falta ser el mejor?. ¡Me lo pido!.

Lamentablemente esa frase era muy cierta.

Al que más ruido hace, lo conoce todo el mundo.

Al mejor de todo, si lo conocen cuatro, le venderá a esos cuatro y a sus amigos.

De modo que si quieres, sigue intentando ser el mejor, como no.

Pero ojo a las oportunidades de hacer ruido. Aprovéchalas. Cuanto más, mejor.

Y si te pilla con una buena tienda online, mejor aún. Que no pierdas una venta por una mala herramienta.

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