A ver cómo digieres eso.
Ahora que se llevan los títulos esos que esconden de qué va esto para que tu curiosidad haga click sobre el enlace, resulta que me saco yo uno que de por sí ya es «un «WFT?».
Ser anti YO.
¿Quien soy YO?. Hablamos de mi esencia, que es la misma que la tuya y la de aquel.
Yo soy un humano.
Como humano soy como soy porque tengo una carga genética con la información que hizo que dos células saliese un tío tan retorcido como yo, y no otro.
Añadiendo información se va formando el ADN a base de millones de años.
De hecho, yo soy el descendiente directo de la primera célula con vida en la tierra, y si no tuviese hijos, conmigo terminaría una linea generacional de cientos de millones de años.
Ese camino de un punto en la inmensidad hasta un humano se ha llevado a cable por la selección natural.
Mira, ya puestos te digo una cosa: La ley de la selección natural está más incompleta que la mente de un comunista.
Esa ley dice que todo va mutando por casualidad. Y yo digo que sí, pero que nos faltan cosas.
Es como decir que un mono aporreando un piano durante mucho tiempo, en algún momento de los siglos y los milenios, por pura casualidad, tocaría la novena sinfonía de bethoveen. Si, claro. Tururú…
Pero pongamos que si. Está claro que hay un principal componente de selección natural en la modelación de los genes.
Hasta que finalizó la selección natural.
Eso fue cuando aprendimos a fabricar comida, metiendo semillas en el suelo y fabricando vallas para mantener atrapados a los animales y así comernos a sus hijos. ¿Qué?. Si quieres te lo pinto de rosa, pero es lo que hacemos. A tí qué te dicen ¿Prefiere carne de gallo, de vaca o de oveja?. Una polla. A ti te preguntan pollo, ternera o cordero.
El caso es que en ese momento se terminó la selección natural. Aprendimos a crear casas, nos sobraba la comida y practicamos fornicios hasta reventar, con la consiguiente explosión demográfica. Ahí se acabó la selección natural, la modelación de los genes, por lo tanto podemos decir que en el momento en que se detuvo nuestra selección natural, definimos los que iban a ser los genes de nuestra especie de ahí en adelante.
Hasta allí, no llegaron los valientes que salieron los primeros a luchar contra las fieras, no. Esos murieron.
No llegaron los niños aventureros y exploradores siempre gateando en busca de nuevos animalicos, no. Esos murieron.
No llegaron los que paraban de comer cuando ya no tenían hambre, no. Esos murieron.
Los que llegaron son los que más profundo y por más tiempo se escondían de los peligros. Los que mantenían su integridad a salvo de cualquier evento, los que engordaban todo lo que podían cuando había comida. Esos llegaron.
Y esos son los que somos nosotros.
Los genes de los más cobardes. De los más miedosos. De los más gandules y perezosos.
Porque eso fue lo que generación tras generación nos fue salvando la vida antes de procrear. (después daba igual si nos comían los lobos)
Eso son nuestros genes. Eso es lo que somos.
Entonces tenemos un problema.
Que eso ahora ya no nos vale. Y sin embargo, nuestros genes son esos mismos. Los que nos piden descansar mucho, comer azúcar, grasa y sal, y tener miedo de todo lo desconocido.
Todo un perfil ideal para el perfecto trabajador del sistema actual.
Toda una putada para ser empresario.
Llevo media vida intentando ser el anti yo, y me llevará todo lo que me queda de vida mantenerme donde estoy o ir más allá.
En cuanto baje la guardia, mis genes me traicionan y me llevan a lo que ahora se llama (atención, palabra prostutuida) la zona de confort.
Por eso yo, y cualquiera que haya llegado vivo a esta era, lo mejor que puede hacer para emprender es ser su propio antagonista.
Y eso es una putada. Porque nos dedicamos a ser otro que no somos, pero que acabaremos siendo.
Concluyo con una frase que dejo a tu interpretación. Busca en ella el miedo y la cobardía de quienes somos, y la valentía y el riesgo de quienes deberíamos ser en el mundo actual.
Besos.
«El pobre mueve para no perder, el rico mueve para ganar.»