👺📢🙉 Voy a ponerme por mi cuenta – Los consejos

Las mujeres son de Venus, pero los hombres somos de Marte.

Si te suena a título de un libro, así es. No literalmente, pero casi.

Quizás por ser como somos, los hombres no sabemos simplemente escuchar.

Por eso las mujeres no nos entienden, o nosotros no las entendemos a ellas.

Cuando te cuentan sus problemas, no esperan una solución, sólo te los están contando.

Pero cuando un hombre escucha un problema, una misión, un reto, un conflicto, un proyecto, no puede evitarlo.

¡Tenemos que ofrecer nuestra solución!

Y eso no es malo. Es natural. Es casi instintivo. Tira de nosotros como la cabra tira al monte.

Ahora bien.

Llega le momento en que quieres dejar de trabajar para otro, porque tienes un proyecto.

«Voy a ponerme por mi cuenta»… «enta… enta… enta… enta..:» (retumba el eco en la sala).

FUA!!!

Lo que acabas de decir, chavalote.

Los cerebros masculinos de tu alrededor empiezan a acelerar el ventilador, todos los cores se ponen en funcionamiento (que no es más que uno, no nos engañemos…) y empieza el plan de ataque, cual cocineros cocinando su plato para ser el los elegidos de entrar en Master Chef.

Empieza el desembarco a Normandía, y te empiezan a disparar los consejos.

No tienes cabeza ni orejas suficientes como para retenerlos todos.

Pero tienes que hacerlo.

Te jodes, tu desencadenaste la ira de los dioses… «voy a ponerme por mi cuenta». ¿Pa qué lo dices?. ¿Pa qué?. Hazlo y punto.

Lo dices porque tienes miedo.

Y nosotros, varones ávidos de una oportunidad para solucionar un problema latente, podemos oler ese miedo.

Disparamos con nuestra mejor solución. Todo lo que sucede después es una absoluta pérdida de tiempo. Charla. Lucha de egos.

No porque si yo hago. Si porque si tú vas. Si porque yo tengo un amigo. Sí porque tu sabes que… Bla bla bla y más bla.

Peligros pérdida de tiempo y energía. Si, peligrosa. Sí, pérdida de tiempo. Sí, pérdida de energía.

En tu proyecto tendrás varios recursos limitados: el tiempo y la energía son los dos más importantes.

Te hago una pregunta.

¿Cuántos de esas soluciones a tu problema provienen de alguien que ya haya solucionado ese problema en la realidad?.

No me lo digas. Ya te lo digo yo. Alguno habrá resuelto el suyo propio, pero no es replicable a tu caso, de modo que NADIE de los que te dan (damos) consejos ha solucionado tu problema en tu situación. En el mejor de los casos, casi nadie.

¿Alguien de esos solucionadores que propone sus soluciones ha fracasado en sus propios proyectos?.

No me lo digas. Ya te lo digo yo. Casi todos están donde empezaron, y no más allá de donde estarían ahora si hubieran seguido trabajando para otros.

Bueno, bueno, bueno. Vaya pozo de mierda, ¿No?.

Esto es como cuando el vecino se me queja de que está perdiendo dinero en bolsa porque el SP500 está bajista, y no hace nada.

Coño, si tan listo eres y está bajista, apuesta a que sigue cayendo, melón.

Entonces

Si todos los que estamos en la mierda te estamos dando consejos de cómo salir de la mierda, no hace falta ser muy listo para ver lo que habría que hacer por muy loco que pareza.

¡HAZ LO CONTRARIO DE LO QUE TE ACONSEJEN!

Lo que suena loco es seguir los consejos de quienes no han levantado cabeza en su vida.

Si es que no lo podemos evitar. Hemos nacido para dar nuestras soluciones a la que identificamos algo como problema.

Para eso somos de Marte.

Pero como ya habrás aprendido en la vida real, la mejor cualificación de alguien para decirte cómo ganar pasta, es la pasta que él mismo haya ganado.

De modo que si no ha ganado un puto duro, haz lo contrario de lo que te diga.

Lo contrario.

Lo que yo te diga.

O lo contrario de lo que yo te diga, tú mismo.

Y si esto te ha servido de algo, imagínate mi lista de emails. Te apuntas a continuación:

Deja un comentario