Yo podría ser consultor de tu empresa

Como lo oyes.

Yo mismo. Soy consultor de tu empresa.

Un consultor sabe un huevo de todo. Hasta sabe de lo tuyo más que tú.

Bueno. No exactamente. Sabe de lo que sabe, que aplicado a lo tuyo hace que mejore. O esa es la teoría.

Cuando un empresario contrata un consultor, es porque se supone que es buenísimo, listísimo, y profesionalísimo. Una especie de superdotados del conocimiento, que no son millonarios porque no les ha dado por ahí, que si noooo… buaf!. Si no!…

La realidad es mucho más triste.

El nivel empresarial en España es muy bajo. Y los consultores españoles son bastante flojos, en general.

La consultoría que aplican suele ser una receta universal que se repite dentro de la empresa, pero como entre clientes no se comparten esa información, pues siguen adelante con el sistema. Y claro, alguien que aplica un método a una empresa, y más con lo que te pagan, es fácil que casi siempre vaya mejor.

Pero yo extiendo mi teoría mucho más allá.

Pongamos que el consultor no es mejor que el propio empresario. Es igual. Está al mismo nivel.

¿En qué le puede ayudar si el empresario conoce la empresa mejor que el consultor que acaba de llegar?. En que el empresario está dentro, y si perspectiva de la empresa y del exterior es la que ve desde dentro.

Es el efecto pozo que sufre el empresario, de perder la perspectiva de su empresa, porque él no está fuera: está dentro. Y no suele dedicarse a recuperar esa perspectiva, sino a seguir trabajando según lo venía haciendo los últimos años.
Por eso el empresario sabe cómo se ve el mundo desde su empresa, pero no tiene ni puta idea de cómo se ve su empresa desde el resto del mundo.

Sólo por eso ese mediocre consultor ya podría servirle de mucha ayuda al empresario, incluso le sería recomendable contratar de vez en cuando alguno de estos consultores mediocres por todo que le podría aportar.

Bajemos un nivel más. Pongamos un consultor de menor nivel que el propio empresario, con un desconocimiento general menor que el del empresario y mínimo de la empresa en cuestión.
Aún mantenemos una perspectiva totalmente diferente.
Visión de pozo del empresario, visión del mundo exterior del consultor, que como es muy tonto, aprovechará para investigar sobre la empresa, sus productos, y sus clientes.
Aun le conviene contratar alguno de estos de vez en cuando. Y eso que era medio tonto.

Bajemos a quien ya no es ni consultor ni nada.
Pasaba por allí o vive por allí cerca.
Es una persona normal, ni importa a qué se dedica.
Lo único que tenemos es que le contamos lo que hacen en la empresa, y le mostramos su producto, y él egoístamente verá si le gusta o no, si le puede ser útil o no, y dirá si lo compraría o si no lo compraría, en cuyo caso podremos preguntarle por qué no lo compraría y cómo lo podríamos mejorar.

¿Aún nos podría aportar información desde un punto de vista diferente?. Sí. Totalmente.

Este se comporta como un simple cliente.

Como un simple… (oh!, mierda!) CLIENTE.

«Me cago en mi puta vida… »

(calcula cuánto llevaríamos gastado en consultoría por no haberle preguntado directamente al cliente)

Esto en Internet es un poco diferente, porque una tienda web bien gestionada ya te reporta información de los clientes incluso sin que ellos te lo cuenten.
¿Te interesa?. Contáctame.

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