Vender sin vender

¿Y si no vendo?

Es decir, que soy un vendedor de esos que salen y… bueno… ya sabes… que no llevan demasiado bien eso de ser vendedor.

Son los que llevan mal eso de vender, que se mantienen en un estado de agobio por el mero hecho de saberse vendedores y tener que salir a la calle, tocar a la puerta y «hola, soy un puto vendedor de mierda y vengo a venderte mi mierda».

Oye. Lo entiendo. Yo pasé por ahí. Y esas no son formas.

Ojo, antes lo eran, y hoy pueden llegar a serlas, pero llegados a ese punto, mi consejo es que te reúnas contigo mismo y te plantees una cosa.

Vamos a ver: Estás quemado, estás asqueado, te sientes atrapado, y realmente querrías enviar esto de salir a vender a la mierda.

Bien.

¿Qué podemos hcer?

Para caer más bajo, poco podemos hacer. Estás hundido.

Y para colmo has intentado crecer, subir, mejorar, y has acabado ahí abajo, ¿No?.

Entonces..

Hagamos lo contrario.

Sal a hacer amigos.

En serio. Sal a hacer amigos.

Te dirán que no, que eso no. Y yo también te lo diré en otro momento. Pero ahora sal a hacer amigos.

¿Eso qué implica?

Un cambio total de actitud y de contexto.

Sales a pasártelo bien. Sales a disfrutar. Sales a conocer gente nueva y a interesarte por ellos. Sales a ser feliz.

¿Sabes cuál es la parte más importante de todo eso?. La parte donde dice «sales». Esa parte quiere decir, vas a trabajar, vas a donde debes.

Antes también, pero no ibas como debías, pero ahora si sales, y sobre todo si sales mucho, y empiezas siendo el tipo con el que cualquiera querría sentarse a tomar un café, ya estás comprando una parcela donde sembrar.

Te recuerdo una cosa.

Y es que los negocios no dependen de lo bueno que tú seas, sino de los contactos que tengas.

De modo que no te esfuerces más por ser bueno, sobre todo si eso te ha quemado.

Suelta tensión, afloja amarras, ponte las gafas de sol, y sal a pasar el día. Con cosas por hacer, con gente que conocer, pero de otro modo. Disfrutando, que la vida son dos días y llevamos uno gastado.

Ahora que conoces gente, si te perciben relajado, sonriente y feliz, a la vez están percibiendo este mensaje: «Yo molo, y ya molaba antes de conocerte».

Esa frase, que se puede interpretar con muchas otras palabras genera atracción. Todos quieren estar con quienes son felices y además no nos necesitan. Estar en contacto con ellos, es estar en el momento perfecto en el momento que la conversación hable de negocios.

Nada es tan sencillo como escribir esto en una página, pero sí es muy aproximado para dejar de intentar vender como vendías, y pasar a que te compren, no sólo sin esfuerzo, sino disfrutándolo.

Es el mejor sistema para los malos vendedores, como yo. Cambio de tercio, deja que el viento te la sople, y verás cómo vas avanzando sin remar. Te llevan. Tú sólo tienes que estar ahí.

Y esto son lentejas. Si quieres las tomas, y si no las dejas, que a mi me la suda lo que hagas con esto, que yo ya lo tengo escrito.

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